Luna de miel


El espectáculo era dantesco. Cientos, miles de personas, rodeadas de globos y serpentinas, bañadas en sangre. Si no fuera por el líquido rojizo que les cubría, cualquiera habría jurado que estaban disfrutando de la mejor fiesta de sus vidas. A pesar de la sangre, no podían parar de reirse. 

Claro que no era la diversión lo que provocaba aquellas muecas de felicidad, sino el gas de la risa del Joker.

El comisario Gordon, con tres teléfonos a la oreja, no podía creer que Batman no hubiera aparecido. Aunque realmente, tampoco le sorprendía demasiado. Ya se lo dijo al alcalde en su día. Legalizar las bodas gays no era buena idea. La cola de villanos a la espera de la luna de miel de Bruce Wayne era interminable.

Escrito en Diablos Azules el 30 de abril de 2014. 
Escritor invitado: Paco Bescós. 
Frase: A pesar de la sangre, no podían parar de reírse.


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